Mudarse de una casa a un apartamento

Mudarse de una casa a un apartamento suele significar reducir tu espacio.

El tamaño promedio de una casa nueva construida en 2016 en los Estados Unidos fue de 2,422 pies cuadrados, mientras que el tamaño promedio de un departamento en venta fue de 1,706 pies cuadrados, según la Oficina de Censos de los EE. UU. (Según la misma encuesta, el tamaño promedio de un departamento nuevo para alquiler fue de 1,085 pies cuadrados).

La gente hace este tipo de operaciones para ahorrar dinero o cambiar su estilo de vida. Pero mudarse a algo más pequeño tiene otras ventajas. Por ejemplo, muchas gente que viven en apartamentos descubre que tiene más tiempo para actividades recreativas que cuando vivía en una casa, en la que las tareas del fin de semana y el cuidado del jardín eran parte de su rutina.

Los hogares más pequeños te exigen adaptarte a espacios más pequeños para vivir y guardar tus cosas. Pero con una actitud positiva, algunas ideas creativas y una evaluación realista de lo que necesitas para tu vida, igual podrás sentirte como en casa.

Planea con tiempo

Empieza a pensar en achicarte mientras buscas tu apartamento. Mide las habitaciones o consigue planos de cada uno para determinar si tus muebles más grandes favoritos entran o si necesitarás comprar muebles nuevos. Toma medidas de cualquier lugar de guardado grande que esté incluido en tu renta. Algunos complejos tienen unidades separadas para guardar cosas a las que puedes acceder como parte de tu contrato de arrendamiento.

Si te mudarás de una casa a un condominio o un apartamento, procura conocer en detalle las reglas del alquiler o los reglamentos de condominios para asegurarte de que tus necesidades más importantes estén cubiertas. ¿Te gusta organizar reuniones grandes? Averigua las reglas del complejo con respecto a dichos eventos, incluidos los horarios límite y el estacionamiento. Quizá te convenga un edificio o complejo con un salón de fiestas común o un clubhouse en el que puedas recibir a un grupo grande de personas. Si tienes una mascota, recuerda averiguar si el edificio las admite, y si admite la raza específica de tu animal.

Quizá necesites comprar alfombras, ya que algunos apartamentos y condominios exigen que una porción del piso esté cubierto por alfombras o alfombrado para amortiguar los ruidos. También puede ser que haya reglamentos acerca de los artículos permitidos en la entrada o el balcón.

Vender, donar y tirar

La mejor forma de reducir el amontonamiento en tu casa nueva es no mudarlo contigo. Antes de mudarte, revisa tus pertenencias en cada ambiente y decide qué artículos se deben vender, cuáles puedes donar y cuáles debes desechar.

Excepto que tus pertenencias sean muebles muy costosos, ropa de diseño o joyas de oro o platino, es poco probable que recuperes lo que invertiste al comprarlos. Prueba con ventas en línea si tienes el tiempo y la energía de armar un listado y empacar tus artículos para el envío. Otra opción es una venta de garaje para deshacerte de los muebles que no quieres y otros artículos grandes. Haz los arreglos necesarios con la tienda de segunda mano de una organización de caridad para que pasen a retirar lo que te quede.

Es difícil desprenderse de objetos con valor sentimental. Quédate con lo que es importante para ti. Si quieres achicar la cantidad, una idea es guardar solo uno o dos artículos de una pila de ropa o juguetes de bebé. Toma fotografías del resto y arma un álbum.

También puedes tomar fotos de otros artículos más grandes que tienen valor emocional para ti, como la silla favorita de un pariente mayor u otros muebles, y enmarcar las fotos para la posteridad. Si donas los artículos o los regalas, puedes sentirte bien porque alguien más seguirá usándolos.

Tu nueva decoración en un espacio más pequeño

Mudarse a un lugar más pequeño es una buena oportunidad para renovar la decoración de tu casa, agregarle algo de actitud a tu espacio. Si estás alquilando y te permiten pintar las paredes, procura elegir un color favorito que siempre quisiste probar en tu sala. También puedes volver a usar un color que siempre te gustó pero agregar un toque brillante con un color que contraste en secciones más pequeñas, como por ejemplo las fundas de los cojines.

Invierte en soluciones para guardar cosas

Al comprar varios buenos productos para guardar y ordenar, como estantes, contenedores, ganchos o cestas, puedes evitar que se haga desorden. Lo ideal es contar con soluciones de almacenamiento cuando te mudes. Coloca los artículos similares juntos para que puedas encontrar lo que necesitas. Dales a tus muebles doble trabajo siempre que sea posible, por ejemplo sofás que se puedan usar como camas o una otomana con espacio extra para guardar cosas.

Con respecto a la ropa, una idea es doblar tus prendas de algodón y tejidas de manera vertical en tercios o cuartos y luego armar rollos en bolas antes de guardarlas en los cajones de tu vestidor. El resultado final será un cajón de camisas, calcetines o ropa interior en el que todo está visible para elegir fácilmente.

Disfruta la mudanza

Posiblemente disfrutes más de tu nuevo espacio si designas un lugar para tus pasatiempos. Prepara una mesa donde crear tus joyas, con todas tus herramientas y materiales cerca, o crea un rincón para tu colección de libros antiguos. Recorre tu nuevo vecindario para ver todo lo que tiene para ofrecerte.

Mudarte de una casa a un condominio o apartamento más pequeño tiene muchas ventajas por descubrir. En el proceso de mudarte y reducir la cantidad de cosas que tienes, que lleva mucho tiempo, concentrarte en los aspectos positivos te ayudará a pasarlo con más tranquilidad. Míralo como una oportunidad de reordenar tu espacio para adaptarlo mejor a tu estilo de vida.

Tendrás mucho que hacer para la mudanza. Y eso incluye tener cobertura de seguro. El seguro de inquilinos o arrendatarios, o el seguro de condominios de Nationwide pueden garantizarte la protección de tus pertenencias en tu nuevo hogar.

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