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El riesgo calculado en los negocios se define como: “…una decisión cuidadosamente considerada que expone a una persona a un grado de riesgo personal y financiero que se contrarresta con una posibilidad razonable de beneficio”.1

Todos los empresarios han asumido algún tipo de riesgo en el camino hacia la construcción de su negocio. Y el riesgo no se detiene cuando el negocio despega. Los empresarios necesitan constantemente evaluar el riesgo en relación con su oferta, pero también en el contexto del crecimiento y del éxito. Entonces, ¿cómo saber si un riesgo vale la pena?

Varios factores intervienen en la toma de riesgos calculados: cálculos numéricos, tu vasta experiencia en la industria y tu propia personalidad. Debes reunir todos esos factores para aprovechar al máximo tus decisiones. Obtén más información sobre la prevención de riesgos.

La prevención de riesgos es fundamental para las pequeñas empresas

Los emprendedores se definen, en parte, por su voluntad de asumir riesgos. Los riesgos no son necesariamente cosas a las que les tengas miedo. Los riesgos que dan sus frutos pueden generar un aumento de ingresos, la expansión del negocio y más. Sin embargo, un buen emprendedor no se arriesga sin saber lo que está en juego y cuál puede ser el beneficio potencial. Este concepto se denomina relación riesgo-retorno.

Forbes describe a la relación riesgo-retorno como la “base de la inversión moderna”. Si bien el concepto suele vincularse con mayor frecuencia a los inversores en bolsa, la verdad es que ser empresario no es muy diferente de jugar en el mercado bursátil.2 En esencia, ambos tienen que ver con la gestión de riesgos, que es donde entra en juego la relación entre el riesgo y el retorno.

La relación riesgo-retorno es un análisis de lo que puedes perder frente a lo que puedes ganar. Incluye cálculos de riesgos, pero también requiere que apliques toda la información que conoces sobre el mercado en el que estás trabajando, tus clientes y tu clima comercial general. Piensa en ello principalmente como cálculos con algún instinto informado en la combinación.

Para la mayoría de las personas, pensar en la relación riesgo-retorno los obligará a adoptar una mentalidad incómoda porque, en general, se suele anhelar la seguridad. Sin embargo, muchos emprendedores ya tienen ciertos rasgos de personalidad que los hacen más propensos a salir de su zona de confort. Suelen mostrarse más entusiasmados con la idea de lo desconocido y, por lo tanto, se sienten más cómodos asumiendo riesgos. No obstante, antes de tomar cualquier decisión, debes determinar tu propio nivel de comodidad y establecerlo como punto de referencia de cuánto riesgo estás dispuesto a asumir.

¿Cuánto riesgo es demasiado?

Hay algunas trampas frecuentes en el riesgo calculado. Una es asumir más riesgo del que puedes manejar. No hay un número fijo que defina un buen nivel de riesgo porque esto varía de una persona a otra. Para determinar cuánto riesgo es demasiado en tu caso, debes comenzar por establecer tu apetito por el riesgo, tu tolerancia al riesgo y los umbrales de riesgo.3

  • Apetito por el riesgo: el grado de incertidumbre que estás dispuesto a aceptar en previsión de una recompensa.
  • Tolerancia al riesgo: cuánto riesgo puedes soportar antes de obtener la recompensa.
  • Umbral de riesgo: el punto en el que el riesgo ya no vale la pena por la recompensa.

El apetito por el riesgo no se puede cuantificar. Por lo general, aparece en la cultura de tu empresa. Tienes que decidir si estás dispuesto a vivir en ese espacio incómodo y darle lugar al riesgo o si prefieres ser más conservador al momento de asumir riesgos. A partir de allí, puedes establecer tu tolerancia al riesgo.

La tolerancia al riesgo es la medida de cuánto efecto negativo puedes permitirte a partir de tu decisión. Por ejemplo, un empresario puede optar por realizar un cambio que signifique que su producto tardará más en fabricarse, pero obtendrá como resultado un producto final de mayor calidad que se traducirá en la venta de más unidades. Su tolerancia al riesgo es el tiempo adicional que implicará la producción.

Por último, el umbral de riesgo es el punto donde la recompensa se ve anulada por el riesgo. Debes cuantificar tu umbral de riesgo con una cantidad real en dólares que sirva como indicador de cuándo el riesgo no ha valido la pena. Por ejemplo, puedes optar por decir que a $10,000 de pérdida, ya no vale la pena buscar la recompensa.

Determina el riesgo realizando un cálculo del riesgo frente a la recompensa

Un cálculo de riesgo es un excelente lugar para comenzar a determinar si vale la pena correr un riesgo. El riesgo se calcula dividiendo la ganancia neta que estimas que resultaría de tu decisión por el precio máximo que podría presentarse si el riesgo no sale bien.4 Compara la relación resultante con tu tolerancia al riesgo y el umbral para fundamentar tu decisión.

Por ejemplo, si sabes que instalar un nuevo equipo te costará $100, pero crees que generarás $500 más en ingresos debido a una mayor eficiencia, dividirías $500 por $100 y obtendrías una relación riesgo/recompensa de 5:1. ¿Está eso dentro de tu tolerancia al riesgo? Si es así, puedes seguir adelante con la inversión con más confianza.

Riesgo no es sinónimo de suerte

A veces la gente confunde el riesgo con el azar. Ven emprendedores exitosos y atribuyen al menos una parte de su éxito a la suerte. Sin embargo, el riesgo calculado se trata meramente de eso: cálculos. Es un análisis minucioso de lo que puedes ganar frente a lo que podrías perder. Los mejores emprendedores y empresarios aprovechan el riesgo calculado para hacer crecer sus negocios y fundamentan sus decisiones eliminando la suerte de la ecuación.

Al combinar los cálculos de riesgo frente a la recompensa con tu conocimiento del clima comercial en el que te encuentras, puedes eliminar gran parte de la incertidumbre y avanzar con decisiones más riesgosas con un mayor conocimiento de causa.

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