dos hombres dándose la mano frente a una camioneta de trabajo

En los negocios, los conflictos interpersonales son inevitables. Y al administrar una empresa familiar, trabajar con la familia y hacerse cargo de las operaciones comerciales y las responsabilidades empresariales puede hacer que los conflictos se vuelvan aun más personales.

Cuando el jefe es tu cónyuge o la persona que no trabaja del todo bien es tu hermano o hermana, tu hijo, hija u otro familiar, separar las exigencias del negocio de la dinámica familiar puede ser particularmente complicado. Pueden aparecer viejos rencores que se trasladan a los negocios, y los conflictos comerciales pueden afectar las relaciones familiares.

Si tienes una estructura clara y con algo de planificación extra podrás desarrollar una empresa familiar que sea productiva y armoniosa. Los siguientes son algunos consejos para empresas familiares que te ayudarán a trabajar bien con tus parientes.

La informalidad en el trabajo puede causar problemas

Un problema frecuente que se presenta al trabajar con familiares es la tendencia a informalizar los roles y responsabilidades, por ejemplo con acuerdos que se sellan sin documentos escritos. Esto puede dar lugar a ambigüedades, confusiones y tensión entre familiares y en la empresa, incluso entre empleados que no son parte de la familia.

Otro reto es entender los aportes de cada familiar. Por ejemplo, un propietario o propietaria puede suponer que su cónyuge e hijos solo “están ayudando” con la contabilidad o la administración del depósito. Como consecuencia, es posible que estas personas no reciban la misma paga que otros empleados, o que no reciban ninguna remuneración a pesar de ser una parte fundamental para el éxito del negocio.

La estructura reduce la tensión

Muchos de los retos de trabajar junto a tu cónyuge, hijos, padres u otros familiares se pueden resolver administrando los negocios de manera más profesional. Eso implica elaborar acuerdos formales, por escrito, además de informes y descripciones de cada función.

Aumentar el profesionalismo es una tendencia creciente en los negocios familiares, pero también sigue siendo un desafío, según el 40% de los negocios familiares encuestados por la consultora PwC. Sin embargo, el beneficio de formalizar políticas, procedimientos y descripciones de funciones por escrito permite tener una estructura jerárquica bien definida que facilita la disciplina necesaria para que la empresa opere más fácilmente, crezca más rápido y fomente la innovación.

Delimita bien cada función

Una de las medidas más importantes para propiciar un entorno más profesional al administrar una empresa familiar es crear descripciones formales de cada puesto. Estas descripciones deben enumerar la calificación mínima para ocupar el puesto y describir las responsabilidades de la función.

Puedes iniciar este proceso pidiendo a cada empleado que escriba su propia descripción. Pídeles que enumeren sus responsabilidades y actividades diarias. Habla con ellos acerca de lo que creen que conllevan sus trabajos y qué requisitos de capacitación y antecedentes son necesarios para hacerlos de manera efectiva. Además evalúa si sería útil contar con experiencia en otras compañías o industrias.

Este puede ser un buen momento para planificar iniciativas de desarrollo laboral y preguntar a todos qué esperan de sus propias carreras y para la compañía. Pueden trabajar con sus supervisores para elaborar planes en conjunto que les permitan alcanzar estas metas.

Toma la información que obtengas y elabora una descripción del puesto que sea clara y detallada, basada en la realidad de cada función. Antes de terminar de armar las descripciones es recomendable hacerlas revisar por expertos que no sean parte de la familia, como la Junta de Directores o un consultor empresarial, para poder garantizar que tus descripciones reflejen los estándares y expectativas de la industria.

Mientras te concentras en el personal, tómate un tiempo para establecer estándares de desempeño mensurables y mecanismos sólidos de reporte. Por ejemplo, esto puede implicar establecer cuotas de ventas, de clientes a los que se prestan servicio o de eficiencia en la fabricación, y exigir informes regulares.

Procura que los acuerdos entre socios también se formalicen, aunque el socio o socia sea tu cónyuge o pareja. Consulta a tu abogado o asesor de empresas para determinar qué es lo que necesita tu empresa, pero los contratos de sociedades suelen detallar el modo de interacción con los socios, como qué aporte de capital le corresponde a cada uno, cómo se dividen las ganancias y pérdidas, cuáles son los salarios y responsabilidades de cada función. También es importante pensar en la forma en que se puede dar por terminada la sociedad en algún momento y conversar al respecto.

Planifica la sucesión de la empresa

Muchas empresas dicen que tienen un plan de sucesión, pero solo el 23% de las empresas familiares respondieron, en una encuesta de PwC, que tienen un plan de sucesión detallado y documentado. Poner el plan de sucesión por escrito garantiza que la empresa tenga un futuro bien planificado para identificar nuevos líderes dentro de la empresa que puedan reemplazar a un empleado que se jubila o se va. Compartir ese plan con la familia puede generar conflictos, pero también da tiempo de resolverlos.

Documentar formalmente las expectativas, responsabilidades y planes de sucesión es muy importante para evitar o soluciones conflictos y confusiones. Esto ayuda a que las empresas familiares florezcan y tengan continuidad en las siguientes generaciones.

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