Cómo elegir la garantía para auto adecuada

Para muchos, comprar un auto nuevo o usado es una gran inversión financiera, una que quisieran proteger. Por eso, muchas personas quieren resguardarse contra los costos de reparación asociados al mal funcionamiento del vehículo. Si bien el seguro de auto puede cubrir el costo de la reparación de un vehículo después de un accidente, no reembolsa a los propietarios los gastos de fallas mecánicas que no provengan de accidentes. Entonces, ¿cómo funcionan las garantías para auto?

Si compras un vehículo nuevo, es muy probable que incluya una garantía del fabricante. Muchos autos usados, especialmente los certificados, también vendrán con una garantía. La garantía estándar del fabricante ofrece cobertura por un período determinado después de la compra (por lo general, algunos años), o una cantidad concreta de millas, normalmente entre 36,000 y 100,000. Sin embargo, la mejor garantía de auto para ti depende de diversos factores. Continúa leyendo la información sobre los distintos tipos de garantía.

¿Qué es una garantía total?

Una garantía total convencional normalmente cubre los componentes mecánicos no susceptibles al desgaste por el uso. Estas piezas están definidas en los detalles de garantía y generalmente cubren elementos como aire acondicionado o el sistema eléctrico, por eso si estas partes fallan, puedes llevar el vehículo a reparar sin cargo alguno. Tiene un nombre equívoco porque la garantía “total” no cubre elementos como neumáticos, parabrisas, motor ni parachoques. Si quieres una garantía para los mecanismos operativos más importantes, como el motor o la transmisión, busca una garantía de tren motriz, que cubre estos componentes por un período específico o un millaje determinado.

Más allá de estos componentes básicos de un auto, las garantías no suelen cubrir muchos elementos del auto. Tú sigues siendo responsable de los cambios de aceite, la recarga de líquidos, los neumáticos, los sistemas de sonido y estéreo, y todo accesorio adicional que le hayas agregado al vehículo (llantas, ventanillas polarizadas, etc.). Las garantías varían según el fabricante y el modelo del vehículo. Debes asegurarte siempre de leer la letra chica de las garantías y hacer preguntas específicas sobre qué cubren y qué no cubren, antes de adquirirlas.

Cobertura de garantía total y de tren motriz

 
Piezas Total Tren motriz Ninguno
Motor
X
Transmisión
X
Tren motriz
X
Junta homocinética
X
Piezas que se espera reemplazar con el tiempo
X
Sistema de combustible X

Dirección asistida X

Sensores X

Sistemas eléctricos X

Batería X

Pastillas y zapatas de freno

X
Limpiaparabrisas

X
Bombillas

X
Pintura

X
Filtros de aceite y de aire

X
Vidrios (luces, parabrisas, ventanas)

X
“Piezas que se desgastan”

X
Neumáticos

X
(por lo general con otra garantía)
Corrosión

X
(a menos que haya perforación completa)

Garantías para autos usados

Si compras un auto usado, deberías pensar en obtener una garantía para auto usado. Las garantías para autos usados son menos comunes que las garantías para autos nuevos, pero a veces vale la pena hacer la inversión, según el año, el modelo y el estado del vehículo que compras. Según algunos estudios, los dos factores más importantes en la evaluación del valor de la garantía son el año del vehículo y los antecedentes de uso.1 Si te preocupa que un auto usado pueda tener algún tipo de falla mecánica, debes preguntar sobre la extensión de la garantía básica que el auto pueda tener si lo compraste en un concesionario.

Los compradores prácticos que quieren evitar problemas de reparación o fallas mecánicas tienden a comprar autos con buena calificación en cuanto a confiabilidad y eficiencia. Las revistas de aficionados al automovilismo, los sitios web y los defensores del consumidor, como Consumer Reports, publican datos, investigaciones y testimonios anualmente, por lo general sobre temas como confiabilidad automotriz y experiencia del usuario. Al leerlos puedes saber qué vehículos son los más confiables y menos propensos a tener inconvenientes de mantenimiento.

Autos defectuosos y leyes del limón

Antes de las leyes modernas de protección al consumidor y las normas mejoradas de fabricación, los fabricantes de automóviles en Estados Unidos a veces vendían vehículos defectuosos sin ser considerados responsables. Desde la década de los ochenta, distintos estados comenzaron a promulgar leyes propias para proteger a los consumidores de los “limones” (lemons), término con el que coloquialmente se alude a un mal producto, en este caso una máquina o un vehículo defectuosos. Estas leyes del limón tienen la finalidad de evitar la venta de los vehículos con fallas importantes o extremas. No se incluyen las imperfecciones estéticas o los problemas menores, como pintura astillada o neumáticos gastados.

Si compraste un auto nuevo con defectos graves, debes informar al fabricante o al concesionario que te vendió el vehículo tan pronto como sea posible y solicitar la reparación o el cambio del vehículo. Luego el fabricante debe proceder con las reparaciones y algunas pueden tener la cobertura de la garantía. Si el personal del concesionario sospecha que el daño del vehículo es resultado del mal uso por parte del propietario, puede rechazar el reclamo y el propietario del vehículo puede verse obligado a llevarlo a juicio.

Solo unos pocos estados tienen lo que se da en llamar “leyes del limón” para autos usados, por lo tanto, en la mayoría de los casos, es poco lo que pueden hacer las leyes del limón para regular los defectos en los autos usados una vez que se vendieron. Los consumidores deben tomar precauciones adicionales para evaluar la compra de un auto usado y asegurarse de la calidad del vehículo. La forma más segura de predecir si el vehículo usado tiende a tener problemas es mediante la contratación de un mecánico para que revise el auto antes de comprarlo.2

A veces puedes reducir las probabilidades de comprar un auto usado defectuoso si buscas vehículos “usados certificados”. Los autos usados no siempre tienen garantía, pero los vehículos usados certificados, en general, tienen un remanente de la garantía del fabricante. Normalmente a estos vehículos se les hace una inspección mecánica que incluye restauraciones y reparaciones menores. Los vehículos usados certificados también pueden tener una garantía extendida que supera el plazo original del fabricante. Asegúrate de preguntarle al vendedor qué incluye su designación de vehículo usado certificado en el caso del vehículo que quieres comprar.

Por último, si compras un auto usado a un vendedor particular, normalmente no podrás comprar ningún tipo de garantía extendida de ese vendedor. Es posible que el auto usado de un vendedor particular todavía tenga la garantía del fabricante, pero no debes contar con que este sea el caso. Si quieres una garantía para un auto usado, o una garantía suplementaria para un auto nuevo, puedes averiguar sobre las garantías de terceros. Incluyen compañías privadas que emiten garantías no afiliadas al fabricante. Una garantía de terceros puede ser una buena opción para un auto usado, pero algunos expertos aconsejan tener cautela al contratar garantías de terceros y sugieren a los consumidores hacer averiguaciones sobre la legitimidad de la compañía.

Garantías extendidas para auto

Una garantía extendida para auto prolonga el plazo de la garantía original o el límite de millas. Por ejemplo, una garantía estándar puede durar tres años o 36,000 millas, pero el comprador del auto puede prolongar la garantía a diez años o 100,000 millas si lo desea. A veces, los compradores tienen motivos específicos para comprar una garantía extendida. Este es el caso particular de los propietarios de autos de lujo, dado que los repuestos para dichos autos, por lo general, son más costosos que los de otros vehículos.

Si bien las garantías extendidas para auto pueden traer tranquilidad, algunas personas consideran que generalmente no son necesarias. Muchos especialistas manifiestan que los consumidores deberían analizar bien el vehículo que les interesa antes de comprarlo, a fin de asegurarse de que haya poca probabilidad de averías y, que de esta manera, puedan evitar los costos de la garantía extendida y las molestias asociadas a las roturas. De hecho, la decisión final es tuya.


[1] M. J. Crowder, J. F. Lawless y K.-A. Lee, “Analysis of Reliability and Warranty Claims in Products With Age and Usage Scales”, Technometrics Vol. 51, No. 1 (febrero de 2009), pág. 14-24. Consultado a través de JSTOR (26 de junio de 2015). 

[2] “Lemon Laws”. Gale Encyclopedia of American Law. Ed. Donna Batten. 3.ra ed. Vol. 6. 

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