Ley del auto “limón”

Compraste un auto. Tiene todo lo que buscabas.

Pero después surgen varios problemas importantes que requieren muchas idas prolongadas al mecánico, y hasta quizás ni siquiera se puedan arreglar. Quizás tengas un auto “limón” en tu poder.

También tienes recursos.

Ley federal del limón para autos

A nivel federal, la Ley Magnuson-Moss de 1975 se aprobó para proteger a los consumidores y cubre los vehículos defectuosos. Magnuson-Moss exige que las garantías sean comprensibles y ejecutables. Asimismo, todos los estados tienen leyes del limón que presentan varias similitudes.

Ley estatal del limón para autos

Los propietarios de autos nuevos que están descontentos pueden tener un argumento si la garantía del vehículo no es satisfactoria. Es decir, las leyes del limón estatales normalmente exigen que un fabricante de autos y camionetas repare los defectos dentro de un tiempo razonable; si no lo hacen, el consumidor podría tener derecho a recibir un vehículo nuevo o una recompra total.

¿Qué es un tiempo razonable?

Los estándares de tiempo, millaje e intentos de reparación varían de un estado a otro. En algunos estados, un auto puede cumplir los criterios de auto “limón” si existe un defecto muy grave que no se puede reparar en un solo intento. La American Bar Association recomienda que aquellos que piensen que tal vez tengan un auto “limón” puedan buscar las leyes correspondientes por estado.

En Nueva Jersey, por ejemplo, un auto puede estar cubierto si hay un problema que reduce la seguridad, el uso y el valor del auto dentro de los primeros dos años a partir de la fecha de entrega original o dentro de las 24,000 millas recorridas, y si se concretaron al menos tres intentos para repararlo. Un vehículo también puede calificar como un auto “limón” si el propietario no puede usarlo por un total de 21 días durante este período, según la Ley del Limón de Nueva Jersey. Algunos otros estados exigen cuatro intentos de reparación y períodos de 30 días de inoperatividad.

Cómo detectar un auto “limón”

La mayoría de los estados estipulan que los defectos deben ser sustanciales para que un auto pueda considerarse defectuoso. Los estados difieren en lo que se reconoce como un “defecto sustancial”; los problemas relacionados con los sistemas operativos principales de un vehículo generalmente cumplen con esta definición. Un auto con problemas menores puede no calificar como defectuoso, aunque existen algunas zonas grises.

Una pérdida de líquido puede reflejar un problema menor, pero también pueden indicar algo más grave. Esto mismo sucede en el caso de vibraciones extrañas a ciertas velocidades o hasta malos olores que pueden no resultar fáciles de solucionar. Si el problema es crónico, quizás tengas un auto “limón”.

Muchas leyes estatales exigen que los consumidores informen al fabricante sobre los problemas que están teniendo, y hasta puede que estés obligado a contactar al concesionario, dependiendo de las leyes de tu estado.

La American Bar Association recomienda que guardes todos tus recibos de reparaciones o servicios. Esto puede ser particularmente importante si tuviste algún problema en un viaje a un lugar lejano donde te fue imposible acudir a un taller de reparación estipulado por el vendedor.

Los consumidores deben leer detenidamente las facturas por reparaciones antes de firmar, para asegurarse de que la fecha, el millaje al momento de la reparación y el tiempo durante el que el vehículo estuvo fuera de servicio sean correctos. Estas facturas deben indicar claramente los problemas y reparaciones para que el consumidor pueda demostrar que el mismo problema persiste.

Ley del limón para autos usados

Si compras un vehículo usado, también podrías encontrarte con algún problema con lo que se considera un auto defectuoso. Sin embargo, solo unos pocos estados tienen leyes del limón de protección para autos usados.

Otros estados pueden ofrecer ciertas protecciones estatutarias a los consumidores, pero las protecciones para autos usados son más limitadas que las leyes del limón aplicables a autos nuevos. Puedes consultar cuáles son las leyes en tu estado aquí. Al comprar un auto usado, lo mejor que puedes hacer es revisar detenidamente el vehículo para evitar comprar uno defectuoso. Haz clic aquí para ver consejos sobre cómo evitar autos defectuosos y una lista de control que puedes usar para revisar un auto usado.

En definitiva, es importante estar informado sobre las leyes del limón de tu estado y conocer tus derechos antes de hacer una compra para asegurarte de estar en la mejor posición y protegerte si el vehículo que compras no es todo lo que parece.

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