Dos personas en una granja lechera con vacas de fondo.

Si eres un agricultor, ganadero u operador de negocios agrícolas, es posible que sientas que no corres ningún riesgo o que no necesitas crear un plan de contingencia y continuidad comercial formal. Es un proceso que lleva tiempo y, a menudo, implica pensar acerca de situaciones difíciles que pueden interrumpir las operaciones. Es algo acerca de lo cual la mayoría de las personas no quieren pensar.

Sin embargo, situaciones como condiciones meteorológicas intensas y temores de salud y seguridad como la pandemia de COVID-19 muestran la importancia de estar preparados para cuando las cosas no salen según lo planificado. Cuanto más planifiques con anticipación, mejor podrás adaptarte a las situaciones como estas que interrumpen las operaciones. Además, cuanto mejor puedas adaptarte, más rápido podrás recuperarte y volver a trabajar.

Desarrollar un plan de contingencia y continuidad comercial comienza con una exhaustiva autoevaluación. Hazte estas preguntas:

  • ¿Cuáles son tus mayores vulnerabilidades y amenazas?
  • ¿Cuáles son las que tienen más probabilidades de interrumpir tus operaciones?
  • ¿Cuáles son las que podrían afectar más gravemente tu negocio?

Crea planes concretos

Las interrupciones que tienen la combinación más alta de gravedad y probabilidad de interrumpir o detener tu negocio son las que exigen planes estructurados y detallados.

Por ejemplo, la pandemia de COVID-19 ha representado la mayor amenaza para la fuerza laboral de las granjas dado su riesgo para la salud y las consecuencias de las interrupciones generalizadas del trabajo. Sin embargo, una pandemia global es mucho menos probable que los daños a los cultivos debido a un fuerte vendaval o tornado.

Lo segundo puede tener un efecto adverso más localizado en tus operaciones, pero históricamente ha ocurrido con una frecuencia mucho más alta que lo primero. Considera los efectos de dichos daños específicos a tus operaciones así como a un nivel más macro, teniendo en cuenta a tus clientes y al mercado más allá del portón de la granja.

Contempla las situaciones específicas

Una vez que hayas priorizado adecuadamente las vulnerabilidades y los mayores riesgos de tu granja, considera tu producción y cómo se verá afectada por esos riesgos. Del mismo modo que con una autoevaluación inicial, este paso implica hacer una serie de preguntas que tu plan de contingencia y continuidad de los negocios agrícolas debería responder. Haz preguntas como estas:

  • ¿Cómo continuarás operando? Por ejemplo, si administras un negocio de agroturismo, ¿este podrá permanecer abierto a los clientes que te visiten? Si eres un productor o un pequeño procesador, ¿cómo se verán afectados la producción y el acceso al mercado?
  • ¿Qué operaciones o procesos comerciales específicos se verán interrumpidos? ¿Cuáles pueden continuar?
  • ¿Cuáles son las consecuencias de la interrupción de tus operaciones? ¿Hay funciones específicas de las que tus operaciones podrían prescindir si fuera necesario?
  • ¿Cuánto tiempo pueden verse interrumpidas tus operaciones antes de que pierdas ingresos o que el capital se erosione?

No te olvides de tu fuerza laboral

Las respuestas a las preguntas anteriores probablemente involucrarán a tu fuerza laboral y cómo esta puede contribuir para reanudar las operaciones dentro de un plan integral de contingencia. Piensa acerca de las tareas específicas de las que cada miembro de tu fuerza laboral es responsable y cómo esas tareas podrían verse interrumpidas en caso de algo como una intensa tormenta o una grave enfermedad. Considera cómo puedes delegar diferentes trabajos a los diferentes empleados si partes de tu negocio se ven interrumpidas.

Además, si esos trabajos se desaceleran o detienen conjuntamente de forma temporal, piensa acerca de cómo continuar satisfaciendo las necesidades de tus trabajadores. Hacerlo tiene posibles beneficios a largo plazo; por ejemplo, la planificación de cómo trabajarás durante un brote localizado de COVID-19 contempla las necesidades de salud y seguridad de los trabajadores a corto plazo e inspira confianza de que estás actuando en nombre de tus negocios agrícolas así como de las contribuciones seguras y protegidas de los trabajadores a la productividad.

Comienza con estos recursos

Al final del día, desarrollar un plan bien pensado de contingencia y continuidad para tus negocios agrícolas quizás no sea la tarea más fascinante del mundo, pero es algo que cada propietario y administrador de negocios agrícolas debería priorizar dada su importancia en caso de, por ejemplo, una intensa tormenta o el brote de una enfermedad. Consulta algunos recursos útiles:

Consulta con el equipo de asesores confiables de tus operaciones, incluido tu agente de granjas local de Nationwide, para comenzar el proceso hoy mismo.

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