mesa de boda

Muchas parejas comprometidas y sus familias tienen que decidir cómo pagar una boda en medio de costos cada vez más altos. En última instancia, la decisión se reduce a resignar ciertos costos y expectativas con anticipación o hacer frente a una pila abrumadora de facturas que empañarán la luna de miel y los años venideros.

El costo de una boda

La cultura estadounidense insta a las parejas y a las familias a perder la cautela, dice Denise Hughes, consultora sobre finanzas personales y oradora con base en California.

Pero los padres están en una posición perfecta para ayudar a las parejas a evitar las deudas porque la mayoría de las personas de mediana edad sabe cómo se siente tener que hacer frente a las consecuencias de un gran despilfarro de dinero. Las parejas “no son conscientes de lo pesado que puede ser tener deudas”, dice Hughes. “No saben cómo se sentirán después. Y es difícil darse cuenta de que el proceso financiero se extiende más allá de ese día. Hay tanto en lo que pensar”.

Consumers Union, la organización sin fines de lucro que publica la revista Consumer Reports, publicó un análisis de gastos de boda que determinó que el 11% de las familias solicitó préstamos para bodas, el 10% solicitó préstamos de los ahorros para la jubilación, el 10% retiró dinero de otras inversiones mientras que el 41% usó sus ahorros.

Puede que sea necesario combinar los recursos de las parejas y de los padres de la novia para cubrir el costo de una boda, que en promedio es de $33,900, según la encuesta de 2019 publicada por el sitio web de bodas, The Knot.

Los costos de una boda pueden acumularse con rapidez. Consumer Reports descubrió recientemente que el 28 % de proveedores de eventos especiales cobraron más por bodas que por “reuniones familiares” idénticas. En muchos casos, los gobiernos locales cobran impuestos por eventos especiales, y eso sin contar las propinas del 20 % o más que se añaden automáticamente a la factura.

Con las nuevas opciones de préstamos para boda disponibles en el mercado, las familias necesitan desarrollar estrategias para organizar un día especial sin pagar de más. A continuación te mostramos los tres tipos de deuda de boda que debes evitar.

1. Préstamos para boda

Las compañías especializadas ahora ofrecen préstamos de consumo directamente a las familias e indirectamente a través de vendedores, como proveedores, fotógrafos y floristas. Eso significa que un proveedor tal vez te ofrezca un préstamo para boda a corto plazo mientras estás tratando de decidir qué hacer y cuánto gastar exactamente. La tentación de tirar la casa por la ventana al elegir el menú, el lugar, el vestido u otros aspectos de la celebración es difícil de resistir cuando te ofrece dinero fácil al mismo tiempo.

Los consultores de bodas dicen que una manera de centrarse en lo más importante es elegir dos o tres elementos a priorizar (por ejemplo, el lugar, las flores y el vestido) mientras el resto se ubica en una categoría de gastos inferior.

“Es una tienda de golosinas”, afirma Hughes en referencia a la enorme variedad de opciones de boda. “Es fácil perder de vista lo importante. Descubre qué es lo más importante para la pareja. ¿Qué desean que la gente recuerde?”.

2. Tarjetas de crédito

Muchas parejas usan una sola tarjeta de crédito para pagar todos los gastos de la boda y luego pagan la luna de miel con los puntos acumulados del viaje y los boletos de avión. Esta estrategia podría funcionar si la pareja ha demostrado tener autocontrol y si la existencia de la tarjeta no generará gastos extra racionalizados por los puntos de recompensa. Pero si la pareja espera poder comprar una casa o comenzar una familia pronto, usar una tarjeta de crédito de luna de miel para financiar la boda podría interferir con esos objetivos.

3. Apostar a los regalos

La tentación más insidiosa a endeudarse es esperar que los regalos en efectivo compensen los préstamos y gastos de la boda. Los planificadores de bodas dicen que es frecuente que las parejas esperen que la generosidad de los invitados cubra sus excesos e indulgencias.

La falacia, por supuesto, es que es imposible saber si el dinero se materializará o si la pareja terminará con una decena de licuadoras y 10 ollas de cocción lenta en su lugar.

Simplemente aplicar hábitos de consumo inteligentes a las compras de la boda puede ayudar a las parejas a mantenerse en el camino correcto. Planificar una boda es una oportunidad para sentar un precedente positivo y contundente y hablar con honestidad acerca del dinero, comenta Hughes. “Lo que verdaderamente puede arruinarlo todo”, dice, “es dejar que la deuda se acumule y que el nuevo matrimonio cargue con ese peso desde el comienzo”.

Una vez que decidas qué cantidad de dinero estás dispuesto a gastar en la boda, es una buena idea proteger tu inversión. Las bodas son eventos importantes con muchísimas cosas para coordinar, y deberías estar cubierto si algo sale mal. Con el seguro de responsabilidad civil y cancelación de bodas, puedes relajarte sabiendo que estás preparado para todo en tu gran día.

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